No hace tantos años (o igual si..), que todos los viajeros llevábamos como herramienta principal un mapa. Si, si, un mapa en papel que para los torpes como yo, era toda una aventura abrirlo y volver a dejarlo como estaba. si lo doblabas mal, se rompía y era complicado encontrar algo legible en el. He de reconocer que siempre me costó mucho manejarme con los mapas en papel, aunque me resulta muy gratificante encontrarlos alguna vez, cuando reviso cosas de mis viajes. Pintados de colores y escritos a boli, muchas veces por personas del lugar, empeñadas en explicarte lo mejor posible como llegar a ese sitio por el que has preguntado.
Nostalgias a parte, a pocas personas vemos ya en cualquier sitio turístico con un mapa. Ahora los vemos mirando un smartphone o una tablet y moviéndose en el sentido que indica la guia de voz del dispositivo. Que además les avisa de que tienen correo nuevo, o un whatsapp de algún amigo que también está de vacaciones enviando fotos… Vamos que la experiencia de viajar ni es la misma, ni llega a ser una experiencia. Hasta llegar a casa y ver las fotos, porque lo que es allí de poco se han enterado.
Para nada penseis que estoy en contra de la tecnología, de hecho pretendo explicaros aplicaciones que os pueden facilitar la vida en los viajes. Solo creo que las herramientas hay que utilizarlas, y que ellas no te utilicen a ti. La guia de voz, es increible porque te lleva al sitio que buscas sin perderte. Y es capaz de hacerlo sin que veas nada desde el punto en el que te encuentras hasta dónde pretendes ir. No se vosotros, pero yo he descubierto cosas increibles perdiéndome y hablando con las personas que me encuentro.
¡Esa era la magia de los mapas en papel! Que en Bangkok te encuentres saliendo del hotel a un señor que nota inmediatamente lo inutil que eres con los mapas, y te dibuje las rutas. Y además te diga cuanto tienes que pagar al tuk tuk para ir de un sitio a otro, no tiene precio. Es una experiencia que no olvidaré nunca, y podría contaros muchas más.
Es cierto, yo tampoco voy con mapas, aunque procuro disfrutar del momento y del lugar, y por eso sigo preguntando como ir a tal o cual sitio. Siempre puedo comprobar luego si me han engañado (no me ha pasado nunca, salvo una vez en el sur de España, hace muchos años). Por lo general la gente quiere saber que haces allí en su entorno, y se desviven por que te lleves una agradable impresión no solo de lo que ves, también de como te tratan. Y así terminas en casas particulares probando su comida, conociendo como viven, que hacen, a que se dedican, con que sueñan….
Funciona siempre (al menos a mi), si no te piden dinero a cambio, y luego ya es cosa tuya dejarles algo (a poder ser objetos), que les haga ilusión y que te recuerden. A veces una foto con ellos que luego envías por correo desde el hotel, y una dirección de correo para que te escriban si les apetece, es un regalo muy valorado.
Ya habreis notado que apenas me gusta hablar… Os aseguro que siendo muy cierto, procuro ser tremendamente respetuoso con todas las personas que me encuentro. Así me educaron, y además egoistamente es la única forma de aprender cosas de ellos. No es aconsejable viajar intentando colonizar a los que nos encontramos, pero si lo es traerte de vuelta todo lo que te han contado. Pueden darte muchas claves para que tu «perfecta vida» sea mucho mejor, si les has escuchamos con interés y humildad.